Forma parte de nostros

Ser un Agente de Paz no es solo un título, es una misión divina. Convertirte en capellán te abrirá puertas que antes estaban cerradas, dándote acceso a hospitales, cárceles, instituciones públicas, comunidades vulnerables y sectores donde pocos pueden entrar. Allí es donde se necesita una voz que consuele, unas manos que sanen, y un corazón dispuesto a servir. Ser un Agente de Paz te brinda el respaldo legal, espiritual y ministerial para cumplir tu llamado sin restricciones, llevando la Palabra de Dios con autoridad y compasión a todos los necesitados. Es una oportunidad para transformar vidas, levantar al caído, y ser instrumento de restauración donde hay dolor, vacío y desesperanza. ¡Porque donde otros no llegan, el capellán de Dios entra como luz en medio de las tinieblas!